MEMORIAS DEL 20 M
Escrito en Febrero del 2003
LA
SITUACIÓN PREVIA
Tras la segunda guerra
mundial el mundo quedó dividido en dos formas económicas y dos modelos ideales sociales
distintos, uno con un sistema político electoral y con la aspiración a la
riqueza individual como el objetivo del trabajo y otro que originalmente tenía la aspiración de la gloria nacional y la igualdad comunitaria como el objetivo del trabajo que había desembocado en una tiranía; el
capitalismo y lo que ahora catalogamos equivocadamente como comunismo. Cada uno representado principalmente por las dos
potencias mundiales, Estados Unidos y la Unión Soviética respectivamente. Ambos
países habían vencido a la Alemania nazi y ambos protagonizarían también a
partir de ese momento un nuevo enfrentamiento.
La tecnología
armamentística nuclear disponible por ambas potencias marcaría también un nuevo
modo de guerra dónde la total destrucción mutua podría ser el resultado de un
enfrentamiento real, pudiendo conllevar también a la extinción de toda la civilización
humana y convirtiéndose por lo tanto en una opción no deseable. Así pues,
surgiría un nuevo concepto, la guerra fría, la cual consistiría realmente en un
enfrentamiento de poderes político y económicos, en una carrera armamentística
acelerada y también en una competición en el ámbito espacial con el fin de
esclarecer cual de los dos países controlaría el mundo sin la necesidad de
llevar el conflicto a verdadero término en todas sus consecuencias.
El planeta quedó por
mucho tiempo pendiente de una amenaza nuclear directa y declarada. Una amenaza
constante que irónicamente supuso al mismo tiempo la única garantía de
seguridad mundial. Y tras unas intranquilas décadas, la caída final del sistema
comunista soviético dejó al capitalismo estadounidense el manejo de la inmensa
parte del planeta, en un clima de relativa paz al menos para el denominado
"Occidente".
Pero esa paz se
rompería tarde o temprano y el 11 de Septiembre de 2001 comenzaría un nuevo
siglo.
IINICIO
DE UNA HISTORIA DIFERENTE
En 2001, un atentado
terrorista contra los poderes del imperio con sistema electoral estadounidense
se convertiría en el detonante de un cambio en la estructura política, militar
y social del mundo.
Cuatro aviones de
pasajeros protagonizarían el caos en la costa este de los Estados Unidos. Dos
de ellos se estrellarían aquella mañana de Nueva York contra los dos
rascacielos del World Trade Center, un tercero lo haría contra el edifico del Pentágono
en Washington, y el último, supuestamente dirigido al Capitolio o quizás, a la
Casa Blanca, caería en Pittsburgh (Pensilvania).
Los aviones estaban en manos de terroristas suicidas islámicos miembros de Al-Qaeda, quienes tenían el objetivo de atacar más que simbóicamente los tres poderes básicos de Estados Unidos, el económico, el militar y el político, demostrando así la frágil defensa de la superpotencia mundial. El resultado, unas 3000 víctimas mortales, el desplome de las dos famosas torres gemelas de Nueva York, el derrumbe de un tercer edificio no dañado por ningún avión, con relevante documentación para un juicio contra el caso de la estafa económica más grande antes de los antivirales de la gripe aviar ENRON, enormes daños económicos para la ciudad. Y una pregunta en el aire sin respuesta convincente; se habría dejado hacer premeditadamente Estados Unidos aquel daño como en el caso del buque autohundido en la guerra de independencia de Cuba o como en el caso de Pearl Harbour?
Pero sea o no sea así, la preocupación no del todo desconocida en el mundo, la del terrorismo internacional volvió a despertar no solo en Estados Unidos y en Europa. Era una amenaza fantasma, imposible de localizar y por lo tanto, muy difícil de combatir con un teórico objetivo publicitario claro y conciso: las fuerzas de cualquier clase no sometidas a uno de los seres imaginarios divinos: el eslámico.
EL
NUEVO ORDEN
El fatídico suceso fue
contemplado en directo, en medio mundo, con gran preocupación. El terrorismo
suicida en principio había demostrado su atrocidad y su fuerza, su efectividad
y sus dimensiones y se consideró de inmediato como la nueva amenaza
mundial.
No obstante, a pesar
de lo que aquel evento implicaba, la posible respuesta de la potencia
norteamericana ante el atentado era igualmente preocupante para toda la
comunidad internacional. ¿Qué haría ahora Estados Unidos?
No pasó mucho tiempo
hasta oír en boca del presidente republicano de los Estados Unidos, George
Bush, las fatídicas palabras: “bomba nuclear”, con lo que quedaba claro que lo
peor podría estar por llegar.
El comienzo del 2002
se caracterizó por la inseguridad, la confusión y el alarmismo, a veces
injustificado, con nuevas medidas de prevención por parte de la administración
Bush y con claras amenazas del presidente hacia supuestos países propiciadores
de los fundamentalismos y terrorismos islámicos.
Pronto, el gobierno
republicano de los Estados Unidos dibujó en el mapa mundial una nueva línea
imaginaria a la que se le denominaría “eje del mal” y a la que atacarían sin
cuartel en caso de que lo vieran necesario.
Con estas medidas,
Estados Unidos declararía o en todo caso intentaría recordar a todo el mundo su
poder absolutista global sobre cualquier punto del planeta.
La solidaridad
internacional con los Estados Unidos se convirtió entonces, de pronto, en
simple solidaridad con las víctimas del 11-S y al mismo tiempo surgieron
fuertes críticas hacia el gobierno de ese país.
El mundo occidental
comenzaba a dividirse y por Europa se extendió una ideología de rechazo a las
pretensiones y métodos estadounidenses.
Los consensos y
acuerdos comenzaban a dañarse y lejos de evitar más crispación, el presidente
George Bush comunicó al mundo su decisión de efectuar “ataques preventivos
contra aquellos países sospechosos de poseer armamento atómico no declarado”.
Con la colaboración
abierta del Reino Unido y España, Estados Unidos estaba dispuesto a recordar su
supremacía en el mundo.
Desde la propia Casa
Blanca se inició entonces, de improviso, una campaña propagandística en contra
del régimen de Sadam Husein, la primera y por el momento única víctima de la
reprimenda que se iba a efectuar contra los dirigentes de los países del nuevo
eje del mal. Irak era un país con pozos petrolíferos suficientes como para que
su intervención militar, seguida de nuevas negociaiciones con un gobierno
títere compensara la mala fama que la declaración de guerra podría causar al
resto del mundo.
Y de súbito, tras años
de tolerancia y colaboración con el régimen iraquí se declaró la guerra a Irak
con motivo de que desde la perspectiva de su servicio de Inteligencia de la CIA
y en base a fuentes que el resto del mundo debía creer ciegamente que tenían, Irak
no hacía caso a las leyes internacionales sobre armamento, y con la finalidad
de liberar a su pueblo de la tiranía de su dictadura. Dictadura esta, hasta
entonces consentida e incluso favorecida por el propio Estados Unidos.
Estados Unidos estaba
totalmente convencido de que la guerra no supondría ningún problema para el
ejército americano. Sabían perfectamente cual era el potencial armamentístico
aproximado de Irak puesto que lo habían armado ellos mismos. Por lo que
adquirir el potencial económico de sus fuentes petrolíferas no les supondría
demasiado esfuerzo, o al menos eso pensaban en un principio. Pero para llevar a
cabo la invasión, requerían aliados por lo que intentaron engañar a los estados
miembros de la ONU con la idea de que, de pronto, Irak era un peligro para la
paz mundial.
Al no conseguir el
consentimiento de la ONU, con la guerra-invasión ya preparada y con los
beneficios previamente planteados, Estados Unidos debía buscar al menos unos
cuantos aliados, un mínimo consenso político o una mínima tolerancia
internacional. En contra del consejo internacional de la ONU, fueron Reino
Unido y España los países que se manifestaron como sus principales aliados en
la nueva y no por ello, última cruzada.
Los verdaderos
propósitos de la administración Bush eran evidentes para todos y no pudieron
ser disimulados. La ONU pretendía al menos poder impedir que el castigo a Sadam
se expandiese a Irak entero, y casi ningún integrante de la organización estaba
dispuesto aprobar el método de los ataques preventivos para ningún fin. El
único castigo a un dictador como Husein debía ser judicial y amparado por las
leyes internacionales.
Por supuesto, para
todos los integrantes de la ONU era obvio que lo que los Estados Unidos
pretendía no era administrar de golpe justicia benevolente y desinteresada por
el mundo (como si alguna vez lo hubiese hecho...). El plan de la administración
Bush sobre los ataques preventivos no era más que un medio para distribuir su
poder político y reactivar su economía a través del control sobre las zonas del
planeta que se propusieran controlar, es decir, las que a priori pareciesen
menos peligrosas en una invasión y las que, tras esta, aportaran mayores
beneficios. En concreto, la invasión de Irak tenía como objetivos principales,
reactivar la confianza en el gobierno republicano del momento entre sus
votantes, sustituir y ampliar los dominios políticos y económicos del petróleo
en el marco mundial, reestablecer su dominio en Oriente próximo con el fin de
desestructurar posibles redes terroristas en la zona (porque sí, también ese
era uno de los objetivos, aunque para ello se centraron en Afganistán, dónde en
un princuipio creían que iban a hallar a Osama Bin Ladem) y encontrar un nuevo
enemigo sin armas de destrucción masiva que les complicase la vida para
reactivar y potenciar la economía militar estadounidense, dado que cada cierto
tiempo hay que hacer uso de la maquinaria que se produce para alargar la
insostenibilidad y la locura de la economía de la guerra.
De modo que la amenaza
directa, real y declarada a Occidente que pronunciaba el presidente de Corea
del Norte, país que el propio Bush había incluido dentro de los miembros del
eje del mal), sobre el posible uso de su armamento atómico fue en un principio
desconsiderada y en su lugar los objetivos se encaminaron a Irak.
Se vinculó a Sadam
Husein con el terrorismo islámico, se le atribuyó la posesión “ilegal” de
armamento atómico y bacteriológico y se creó espontáneamente la necesidad
inmediata de derrocar al régimen iraquí y liberar a su pueblo con el fin de
justificar una guerra que se iniciaría con o sin el consentimiento de la ONU.
Irak, uno de los grandes
países extractores de petróleo era un objetivo político y económico crucial
para el mantenimiento de la hegemonía norteamericana. Y obviamente la
justificación era suficiente para el Congreso en Washington y las excusas del
gobierno hacia la población fueron toleradas e incluso al principio, aplaudidas
por la mayoría de los ciudadanos del país.
Bush vendería entonces
la imagen de Sadam como uno de los mayores enemigos públicos del mundo,
esperando tomar el poder político y económico de Irak y todos sus pozos
petrolíferos.
Y la invasión comenzó.
Aunque obviamente lo hizo sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU
y sin la aprobación de millones de personas que en todo el mundo se
manifestarían criticando reiteradamente la actuación del imperio
estadounidense. La ciudadanía quería que se le oyera antes de la guerra y no
después, tal como había ocurrido con el caso de la guerra de Vietnam
Pero tras la masacre,
en Irak no se hallaron las armas de destrucción masiva anunciadas (lo que
corroboraba las informaciones anteriores provenientes del Consejo de Seguridad
Nuclear), tampoco se hallaron laboratorios de producción de armas biológicas, pero
se consiguió petróleo, se provocó una desestabilización del país con tendencias
a una guerra civil y motivos crecientes para la expansión de las ideas
fundamentalistas islámicas, para la expansión de antiguos grupos terroristas
islámicos y para la creación de otros nuevos.
En Afganistán, sin
embargo, pese a la desarticulación de algunos grupos terroristas no se ha
encontrado todavía a Osama Bin Laden (2003), el objetivo principal de Estados
Unidos declarado por el propio país en su lucha contra el terror.
Actualmente (2003), todo
el mundo teme la inseguridad mundial que se ha propiciado con estas medidas. La
crispación y el desorden público general no hacen más que aumentar. La ONU ha
perdido credibilidad y poder y la Unión Europea no ha estado nunca tan alejada
de Estados Unidos.
No obstante, pese a todo, la preocupación del
partido republicano de los Estados Unidos recae principalmente en las posibles
repercusiones de esta política en las siguientes elecciones legislativas de su
país, aunque eso nunca es una sorpresa.
ESPAÑA,
UN NUEVO Y ARRIESGADO PAPEL EN EL MARCO INTERNACIONAL
De todo lo ocurrido desde el principio del milenio
en el mundo, desgraciadamente solo hay una pequeña parte que resulta difícil de
comprender y que ha sorprendido para mal a más del 80 % de los ciudadanos
españoles. Hablo del repentino cambio de papel del gobierno español en la
situación internacional.
Desde los cabeceos reiterados del hasta entonces
ministro de exteriores Josep Piqué hacia el presidente George Bush, hasta la
situación actual es difícil seguir la política exterior de España si no
recordamos los lazos que con tanto esmero y cuidado estrechaba, durante tanto
tiempo, José María Aznar con el primer ministro británico, Tony Blair o los
continuos viajes del presidente español a Camp David o a la Casa Blanca que
hicieron descuidar al presidente las propias mal llamadas crisis internas de su
pequeño “rancho” de España.
Es fácil encontrar motivos, aunque no lo es tanto
entender que justifiquen totalmente las repentinas decisiones del gobierno
popular español en la intervención en la guerra de Irak. Pero lo cierto fue que
un día, España declaró su total y absoluta conformidad con las decisiones de la
administración Bush y su apoyo incondicional a sus planes.
José María Aznar y la mayoría del partido popular
decidió colaborar con Estados Unidos en su plan de derrocar con el uso de la
fuerza al régimen de Sadam Husein con daños colaterales si se dieran, y así
comenzar la lucha contra el eje del mal.
Con ello fracturó Europa mucho más rápidamente de lo
que esta había tardado en unirse y mucho más fácil y eficazmente de lo que
hubiese tardado el propio gobierno estadounidense, y sin quererlo reunió a
todos sus opositores en una campaña en contra de la guerra y levantó al pueblo
español en su contra, del mismo modo que lo había conseguido anteriormente con
la población gallega tras su catastrófica
y descuidada gestión del petrolero hundido Prestige, si es que “gestión”
es un término que se puede usar al respecto.
La guerra continúa (2003) y se espera que no sea corta.
Pero pese a su duración y las bajas civiles directas que provoque, existen
otras muchas consecuencias negativas de la invasión para la estabilidad en
Oriente Medio y en el mundo.
Las Naciones Unidas parecen haber perdido todavía
más importancia de la que tenían para garantizar el mantenimiento de la paz en
el mundo, el Tribunal Constitucional de la Haya perdió más peso con el inicio
de la guerra, la Unión Europea sufre una crisis de poder y de identidad, dado
que unos gobiernos van de la mano de Estados Unidos a los conflictos de cabeza
y otros ya reniegan del típico seguidismo europeo a las operaciones suicidas
para Europa de la Casa Blanca. El odio a Estados Unidos crece en los países
islámicos, los tratados de no proliferación de armas nucleares se rompen por
todo el mundo, la diplomacia se pierde y se genera y multiplica la crispación
en Oriente Medio, particularmente entre israelíes y palestinos, y mientras,
España se mantiene como un posible
objetivo del terrorismo internacional.
DESGRACIA
EN LA "DEMOCRACIA" ESPAÑOLA: LAS CAUSAS
La postura del gobierno español al apoyar esta
primera cruzada del siglo XXI no fue decisiva en absoluto para la sucesión de
los acontecimientos que se están viviendo actualmente en Oriente Próximo, pues
independientemente de la postura española, el destino de Irak estaba ya fijado
seguramente, muchos años antes de que las dos torres de Nueva York se
desplomaran y solo esperaban al momento oportuno para ejecutarse.
Pero no obstante, no es motivo este para no reaccionar y alarmarse con lo que nuestro pequeño y querido presidente planea para nosotros. Pues como muchos estadistas coinciden, el destino diplomático y político de este país pende del mismo fino hilo del que pende su destino económico y como conesecuencia, también el social.
Pero no obstante, no es motivo este para no reaccionar y alarmarse con lo que nuestro pequeño y querido presidente planea para nosotros. Pues como muchos estadistas coinciden, el destino diplomático y político de este país pende del mismo fino hilo del que pende su destino económico y como conesecuencia, también el social.
Todas las decisiones del partido que gobierna España
(PP), especialmente las últimas, siendo estas también las más polémicas,
parecen, por muy sorprendente que resulte, encaminadas a un suicidio global del
país, al diseminar la idea de la vieja MARCA ESPAÑA por las mentes de quienes
juzgarán nuestras decisiones desde el resto del mundo.
La nueva postura de España ante la actual situación
internacional no se trata únicamente de una cuestión moral de cada uno, es una
cuestión general. Pues todos nosotros, para mal o para bien nos vemos
representados en el mundo por Ana Palacio, una ministra que independientemente
de la vergonzosa presencia que ofrece al extranjero y a la nación, deja helado
al propio Colin Powell por sus transparentes y duras intenciones belicistas y
por José María Aznar, quien por propia voluntad fuerza un nuevo acento texano
para gloria de su nuevo Papa americano.
Es evidente que estamos viviendo tiempos muy
paradójicos, dramáticos y al mismo tiempo patéticos. Pero ¿por qué? ¿Por qué
ocurre ahora esto en nuestro país?
Lo ocurrido desde 1996 hasta la actualidad (2003) junto
con la ruta difícil ya de cambiar, en España es tan solo la demostración de la
naturaleza real del Partido Popular y al mismo tiempo, la prueba de que la
derecha española que se autoproclama derecha (porque hay otras derechas que se
autoproclaman de centro-izquierda), todavía no resulta compatible con la
democracia. Y no hablo del chanchullo que nos ofrecieron quienes fundaron el
Partido Popular bajo amenaza sabida pero no expresada de volver a su franquismo.
Hablo de democracia. Y eso es así porque
la derecha se constituyó originalmente a partir de una dictadura de cuyo legado
es imposible que se desprendan. La derecha en España nunca se librará de sus
raíces y su identidad originaria franquista porque nunca hubo un juicio
Nurmeberg para los socios ibéricos de Hitler en su debido momento, y ñas ratas
fueron fluyendo y mimetizándose pero al mismo tiempo herdando todos los poderes
del país. Solo hace falta recordar que uno de los socios ibéricos de Hitler más
conocido internacionalmente; Manuel Fraga fue quien fundó el partido de Alianza
Popular y luego el Partido Popular.
Desde el Prestige a esta absurda invasión, todos los españoles fuimos testigos del regreso de una política pseudofascista, ideología esta de la que muchos pensaban estar a salvo. Una política arcaica y retrograda que para mal de todos ya había sido olvidada hace tiempo. Una política absolutista, dictatorial (aunque con permisibilidad para el voto y con la violencia solo excusable en suelo extranjero), dónde con mayoría absoluta, todas las instituciones democráticas pierden todo el sentido, dónde la voz de los ciudadanos se desprecia y se acalla, dónde la demagogia, los engaños y el control informativo sustituyen en parte a la antigua represión policial como medio de dominio de las masas.
El pseudofranquismo ideológico había emergido y lo
había hecho ya desde el momento en el que el Partido Popular gobernaba con
mayoría absoluta.
Este neofranquismo liberal políticamente correcto y
con permisibilidad de voto y algunos derechos ciudadanos ejerce en España una
especie de dictadura moderna dónde respetando en cierta medida la Constitución
y rozando la ilegalidad parece tener la misma carta blanca otorgada al
presidente norteamericano George Bush por el Congreso de los Estados Unidos,
solo que en nuestro caso fue arrebatada sin permiso al propio Congreso de los
Diputados. Porque con mayoría absoluta, según la Constitución, parece que no se
requiere permiso de nadie ni para declarar la guerra a otro estado.
Galicia conoce bien los estragos que a lo largo de
décadas puede causar un presidente popular absoluto a su pueblo. Conoce bien
los engaños y los fraudes habidos y se imagina los que hubo y los que están por
haber.
Vivió resignada durante largo tiempo hasta que
desbordó la mierda directamente en sus playas.
Puede que haya despertado al fin como lo hizo el
bosque de Fangorn en la novela del “Señor de los Anillos” por lo que no
faltarían motivos para se extienda un miedo por las filas del Partido Popular
gallego hacia un nuevo electorado y para que Fraga en su torre oscura tiemble
ante un pueblo cansado de permanecer dormido, aunque puede que no, ¿quién sabe?
Pero sea como sea es conveniente avisar de lo que
puede esperarle a España si se deja hipnotizar por mucho tiempo por la
hipocresía y la prepotencia de la enorme bandera izada por nuestro presidente y
ministros.
Evitemos manchar a todo el litoral español con la
misma porquería negra que asoló y lo sigue haciendo, las costas de Galicia.
Evitemos un incurable daño moral y de libertades. Alcancemos la compostura, la
diplomacia y la racionalidad. Tratemos de impedir una larga Edad Media en toda
España para el bien de todos. No dejemos que nos sigan cegando con sus drogas
televisivas y sus peligrosas y repugnantes palabras. No permitamos que la
realidad del mundo sea distorsionada por su esquizofrenia y por sus enfermas y
deterioradas mentes absolutamente sociópatas.
Arnau
Rodríguez Illamola (30/3/2003)
Cronología (las fechas clave):
1_ de marzo de 2003: Última reunión del Consejo de Seguridad de la ONU antes de la guerra.
18 de marzo de 2003: Reunión de George Bush, José María Aznar y Tony Blair en las Azores
para ultimar los planes de la invasión a Irak.
20 de marzo de 2003: Inicio de la guerra.
9 de abril de 2003: Ocupación de Bagdad por las tropas estadounidenses.
¿? de ¿?: Descubrimiento del arsenal nuclear escondido en Irak.
¿? de ¿?: Descubrimiento del arsenal de armas biológioicas escondido en Irak
2 de Mayo de 2011: Descubrimiento del paradero de Osama Bin Laden.
Muchas de estas frases son solo vergonzosas e
indignantes aberraciones verbales sacadas literalmente de algunos manifiestos
de nuestros actuales dirigentes, pero no por ello son poco importantes y no por
ello han cesado, pues aún hoy día siguen fluyendo de la boca de muchos de
ellos, quienes parece que todavía no se han saciado. Otras aseveraciones son
claras evidencias de lo que ocurre. Como ya sabéis, es vuestra labor distinguir
la verdad de la estupidez, tarea esta que no puede resultar muy difícil:
Qué se dijo:
"El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva. Puede estar usted seguro y pueden estar seguras todas las personas que nos ven que les estoy diciendo la verdad" Jose María Aznar" (Presidente del Gobierno de España, ante la cadena de televisión cuatro, 13/01/03)
“Haga usted más caso al Papa, señor Aznar, le
aseguro que le irá mejor” Anasagasti (portavoz del PNV, en el Congreso de los
Diputados, 18/3/03)
“¿Y qué hace el rey que solo aparece en los sellos?”
Anasagasti (portavoz del PNV,
en el Congreso de los Diputados, 18/3/03)
“¿Por qué se puede intervenir en Kosovo sin la
autorización del Consejo de Seguridad de la ONU y en Irak no?” José María
Aznar (presidente del Gobierno, en el Congreso de los Diputados, 18/3/03)
“Estados Unidos democratiza a bombazos” Coalición Canaria (En el Congreso de los Diputados,
18/3/03)
“Nadie desea la guerra” José María Aznar (presidente del Gobierno, en una
entrevista por televisión española, 9/3/03)
“Estoy tan de acuerdo con las peticiones de la
plataforma Nunca Máis como de la paz” José María Aznar (presidente
del Gobierno)
“Si a Aznar le salen de nuevo esos ticks fascistas
está claro que a su grupo le está yendo mal” Antonio Llamazares (presidente
de Izquierda Unida, en el Congreso de los Diputados, 18/3/03)
“Está actuando fuera del marco legal tanto en el
ámbito internacional como en el ámbito nacional” Antonio Llamazares (presidente
de Izquierda Unida, en el Congreso de los Diputados, 18/3/03)
“No hay que probar la inocencia, hay que probar la
culpabilidad” Anasagasti (portavoz del PNV, en el Congreso de los Diputados, 18/3/03)
“El grupo socialista no ha dicho nada” José María
Aznar (presidente del gobierno, en el Congreso de los Diputados, refiriéndose a
la exposición del PSOE, 18/3/03)
“La bolsa ha subido y el precio de la gasolina ha
bajado, esos son datos” Ana Palacio (Ministra de Exteriores, 22/3/03)
“Pudo haberse efectuado el repostaje del B52 como
pudo no haberse efectuado” Federico
Trillo (Ministro de Defensa, refiriéndose a un B52 que repostó en vuelo sobre
Barcelona, 21/3/03)
“¿O qué pasa?, ¿qué el avión cogió las
circunvalaciones para rodear los pueblos y ciudades?” Felipe
Alcaraz (portavoz de Izquierda Unida, en el Congreso de los Diputados, refiriéndose
al B52 que repostó en vuelo sobre Barcelona, 25/3/03)
“No voy a defenderme, explicaré lo que tenga que
explicar, porque lo que he dicho y lo que opino lo mantengo hoy, lo mantuve
ayer y lo voy a mantener durante todos los días de mi vida, porque creo que por
defender la libertad merece la pena cualquier riesgo, y por defender la paz
mucho más” Baltasar Garzón, juez, en respuesta a una acusación del Consejo de Poder
Judicial por proclamarse contra la guerra y criticar al presidente del Gobierno
en el diario EL PAÍS, 1_/3/03)
“Un presidente que no siente lo que ocurre en las
calles no merece ganar en las urnas” Manuel Chaves, (presidente de la Junta de Andalucía 20/3/03)
“El derecho a la manifestación no puede ser puesto
en entredicho por algunos violentos” Manuel Chaves, (presidente de
la Junta de Andalucía 20/3/03)
“El PP no es víctima, las víctimas son los iraquíes”
Manuel Cahves, presidente de
la Junta de Andalucía (20/3/03)
“Tomar posiciones contrarias a Francia y Alemania
es un grave disparate que traerá consecuencias para España” Félix Pastor Ridruejo, exdirigente del Partido
Popular (2_/3/03)
“Algo como lo que está ocurriendo ahora no se ha
visto desde el nazismo” José María
Aznar, presidente del gobierno, refiriéndose a la “persecución” hacia su partido
(2/3/03)
“El problema no es saber si hay víctimas. Porque
eso es como si usted me dice si no sería necesario considerar el uso de
automóviles en las carreteras teniendo en cuenta que en Estados Unidos cada año
muere el equivalente a la población de Lugo” Manuel Fraga, presidente de la Xunta, declaración en apoyo a la guerra
(5/4/03)
“Tengo que decir que tengo una conciencia sumamente
sensible, deseo que la guerra termine cuanto antes, con el menor coste posible
y que lo paguen los verdaderos culpables” Manuel Fraga, presidente de la Xunta, (5/4/03)
“El PSOE es un riesgo nefasto para la seguridad de
España” José María Aznar,
presidente del Gobierno, (5/4/03)
“No se puede ser neutral y además no nos conviene y
además no nos interesa” José María
Aznar, presidente del Gobierno, (5/4/03)
“No les importan nada las víctimas, ni lo que pase,
ni la seguridad. Han decidido llegar al poder a cualquier precio y están
dispuestos a pagar el precio que sea por llegar al poder” José María Aznar, presidente del Gobierno, (5/4/03).
El presidente está fuera de sí; sus acusaciones son
obscenas Antonio
Llamazares, presidente de IU, (5/4/03).
“No, no, no, no, no, no... no, no. No” Ana de Palacio, ministra de exteriores, en una
entrevista por televisión, (_/4/03)
“La policía actuó de forma proporcionada y
correctamente” Miguel Ángel
Acebes, ministro de interior, frente a las críticas del abuso de la fuerza de
determinados agentes de policía sobre algunos manifestantes contra la guerra de
Irak 25/3/03
"Las fuerzas y cuerpos de seguridad y el Ministerio del Interior no tienen ninguna duda de que el responsable de este atentado es ETA" (Miguel Ángel
Acebes, Ministro del Interior, 11/04/04)
“Pero, ¿me quiere decir a quién le gustaría que
Caldera rigiera la educación de sus hijos?” José María Aznar, presidente del Gobierno, (29/4/03)
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